La era digital ha convertido el
mundo en una aldea global. Las marcas deben desarrollarse con el horizonte de un
único mercado internacional.
Una carrera de este tipo se
despliega, en gran medida, en el terreno de la innovación, así que el talento debería
ser el verdadero motor de la transformación que vivimos.
El mundo moderno derriba cada día
más barreras, de ellas, las fronteras culturales son las que se tornan más
porosas.
La información al alcance de
quien quiera, el contacto de usuario a usuario y la inmediatez de las
comunicaciones han traído consigo una transformación de los parámetros de relación
individuales y sociales: avidez de interconexión permanente y en tiempo real,
acceso a diversas fuentes informativas, posibilidad de interactuar sin límites
espaciales, y con impactos y consecuencias de difícil precio. Y todo esto
exacerbado por la primitiva actitud humana que nos lleva a querer compartirlo todo.
El mundo del móvil, la televisión,
Facebook, Twitter, Google+, YouTube, etc., siguen extendiendo su ámbito de influencia
y alcanzando todas las estructuras básicas. El sistema educativo no debería estar
ajeno a estos cambios.
La educación seguirá siendo el
factor diferencial de desarrollo para cualquier sociedad, Las ideas e iniciativas
de la comunidad para adaptarse al nuevo entorno y el potencial que la tecnología
pone al servicio de la educación pueden converger para desarrollar el capital
humano que tiene que forjarse, principalmente, en las aulas. Además, las nuevas
tecnologías facilitan otras vías de acercamiento y dialogo entre aquellos que
ambicionan un sistema mejor.El futuro que deseamos debería basarse
en formar jóvenes creativos, estimulados e ilusionados.Invertir en educación es caro,
per no invertir en ella resulta más caro. ( Salman)